Los peperojos son unos hijos de ████

Al fin, después de más de una década, el tribunal constitucional ha decidido resolver el problema del aborto declarando que el nasciturus no tiene derecho a la vida. Como era de esperar, el Partido Socialista no ha perdido el tiempo y es de las primeras cosas que ha hecho en cuanto han tomado el control del constitucional. El recurso a la ley fue puesto por el Partido Popular, y el tribunal, con su mayoría conservadora durante tanto tiempo, parece que no tuvo tiempo para resolverlo. No, los “conservadores” del PP, cómplices filicidas, y el Opus Dei, lo han tenido metido en el fondo de un cajón hasta que ha sido conveniente para el PSOE. Por supuesto, Feijóo no ha tardado en aplaudir la decisión del tribunal progresista:

Una ley de plazos bien construida es una ley correcta en términos generales, constitucional (…) Por tanto es un planteamiento que merece mi respeto. En la España actual es una ley correcta, y también lo es en la Unión Europea.

ABC, 9 de febrero de 2023. Feijóo aplaude que el TC resuelva el recurso del aborto: «La ley de plazos es correcta y constitucional»

Se puede ver aquí el modus operandi habitual de los partidos conservadores en las democracias liberales. Primero, el partido finge indignación ante las propuestas progresistas, pero no hace nada de valor contra ellas más allá de inútiles recursos. Posteriormente, como no hay una oposición real, el progresismo inculca en la población que la posición progresista es lo normal, es decir, lo que piensa la mayoría de la gente. Y no querrás ser un radical que se opone a lo que piensa la mayoría, ¿verdad? Pasan los años y, mediante gran terror psicológico e ingeniería social, la población realmente cree que la posición progresista es la “moderada”. Por último, el partido que ayer se indignaba por la propuesta, lo acepta como uno de sus “principios”, si es que se puede decir que estos cobardes tienen eso, porque parece que su único principio es no tener principios.

No ha sido casualidad que el tribunal controlado por el PP no se haya atrevido a tocar la cuestión durante tanto tiempo. Han esperado intencionalmente a que el tribunal pase a manos progresistas, para poder decir: “Bueno, la ley ha hablado, los tiempos han cambiado, la sociedad ha evolucionado y nosotros no nos podemos oponer a eso, ya somos homologables a Europa.” Siempre les gusta decir eso de que “hemos evolucionado”, porque claro, evolucionar siempre es bueno, y para evolucionar hay que aceptar la última majadería de los tiempos. Cthulhu puede nadar lentamente, pero siempre nada hacia la izquierda.

Nada de la imposición progresista es orgánico, todo funciona mediante “consensos” fabricados a base de mentiras y reprimir toda oposición posible que muestre que no es tal. Y si para ello hay que ir contra la mayoría de la población, no supone ningún problema. Cuando viene un nuevo actor en política dispuesto a hacer algo, se le acusa de “venir a romper consensos.” Puede ser sorprendente para los lectores, pero en EE.UU. el “matrimonio” homosexual fue impuesto por el constitucional sólo en 2015. Hasta entonces, incluso en California en 2008 se votó sobre ello (Proposición 8) y perdieron. La mayoría social, como se veía en encuestas y en referéndum tras referéndum, consideraba que el matrimonio es entre un hombre y una mujer. No ha sido hasta que los tribunales lo han decidido de otro modo que la balanza se ha inclinado.

Los conservadores no actúan, bien porque tengan miedo, o porque son cómplices. Cuando se hablaba sobre el latido fetal en Castilla y León, es decir, que las madres tengan que escuchar el latido del feto antes de decidir si quieren abortar, pusieron el grito en el cielo. Acusaron a VOX de “tirar balones de oxígeno” al PSOE, de actuar como cortina de humo ante las condenas reducidas a violadores por la ley feminista del “Sólo sí es sí”. Para ellos, todo está siempre a punto de caer por arte de magia, creen que, como en el Jenga, tímidamente retirando una pieza, la estructura del “gobierno de Sánchez” va a colapsar, hasta que VOX llega y hace algo. Ese “algo” es lo que les molesta, porque ellos tienen asumido, como parte de su único principio, que toda oposición real es mala. “Actuar” y “combatir” no forman parte del vocabulario pepero, porque lo consideran demasiado radical y violento.

En estas ocasiones, recuerdo este texto de Robert Lewis Dabney, capellán presbiteriano del ejército confederado sureño, que en 1897 nos advirtió sobre la característica fundamental del conservadurismo:

Se puede inferir nuevamente que el actual movimiento por los derechos de las mujeres ciertamente prevalecerá conociendo la historia de su único oponente: el conservadurismo del Norte. Este es un partido que nunca conserva nada. Su historia consiste en objetar a cada agresión del partido progresista, y trata de salvaguardar su reputación con una respetable cantidad de gruñidos, pero siempre sucumbe al fin en la innovación. Lo que fue la resistida novedad del ayer, es hoy uno de los principios aceptados del conservadurismo; ahora es conservador sólo en su intento de resistir la próxima innovación, que será impuesta en el mañana por su timidez y será sucedida por una tercera revolución; para ser denunciada y luego adoptada a su vez. El conservadurismo estadounidense es simplemente la sombra que sigue al radicalismo mientras avanza hacia la perdición. Permanece detrás de él, pero nunca lo entorpece, y siempre avanza cerca de su líder… De hecho, su impotencia no es difícil de explicar. Es inútil porque es el conservadurismo de conveniencia solamente, y no de principios firmes. No quiere arriesgar nada serio por la verdad, y no sabe qué es ser culpable de la locura del martirio. Siempre, cuando está a punto de protestar, informa muy modestamente a la bestia salvaje cuyo camino intenta detener, que “su ladrido es peor que su mordisco”, y que sólo intenta salvaguardar sus modales desempeñando su decente papel de oposición. El único propósito práctico al que ahora sirve en la política estadounidense es darle suficiente ejercicio al radicalismo para mantenerlo “en forma” y evitar que se vuelva barrigón y holgazán, por no tener nada que azotar. Sin duda, en unos cuantos años, cuando el sufragio femenino se haya convertido en un hecho consumado, el conservadurismo lo admitirá tácitamente en su credo, y de ahí en adelante se enorgullecerá de su sabia firmeza al oponerse con armas similares al extremo del sufragio infantil; y cuando eso también se haya ganado, se le oirá declarar que la integridad de la Constitución estadounidense requiere al menos negar el sufragio a los asnos. Ahí asumirá, con gran dignidad, su posición final.

Robert Lewis Dabney, 1897.

El PP es el mejor aliado que el PSOE podría desear, y si no existieran tendrían que inventarlo. Que los ilusos que siguen votándoles inocentemente sigan creyendo en el “PSOE bueno” que les perdonará la vida. La cuestión de gobierno se reduce a una mera cuestión de impuestos arriba o abajo, pero ambos comparten claros objetivos. Si no son directamente rojos, por lo menos lo son espiritualmente. Pueden no ser los que asedian la fortaleza, pero son los que abren las puertas a los sitiadores, que es mucho peor. Los peperojos son unos hijos de ████.

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