Mc Donald’s

El liberal-progresismo pretende llevar el debate a McDonald’s sí o McDonald’s no. Probablemente sea McDonald’s sí, ¿pero cómo?

En las últimas décadas hemos visto como poco a poco las Big Tech se han hecho con el control absoluto de la información en el mundo, y no hay “libertad de mercado” que pueda luchar contra esto.

¿Debe McDonald’s pelear en las mismas condiciones que Bar Paco?, ¿Debe Facebook tener libertad absoluta sobre qué mensajes pueden expresarse en su plataforma y cuáles no? Este, y no los espantapájaros que agitan algunos, es el debate.

Pretender que el liberalismo económico es Bar Paco compitiendo con una multinacional que ingresó el año pasado 21.000 millones de dólares y tiene 38.695 locales es suicida con la propia idea que pretendes defender, y algo que sólo se puede comentar desde una burbuja de teoría política no tan dispar de la que podría montarse un comunista. Al fin y al cabo, compartís calle.

Si bien eres de los que defiende la soberanía nacional, o de los que se pone “patriota” en la biografía de Twitter, es profundamente hipócrita defender con un cuchillo entre los dientes una empresa que cotiza en EE.UU., que forma parte activa del globalismo que tanto detestas y que tanto daño dices que le hace al mundo que te rodea. Bar Paco nunca me ha pedido que me arrodille por George Floyd.

La clave está en igualar un campo de batalla profundamente desigual, cogiendo a McDonald’s como ejemplo, para que el español medio que regenta un bar no se vea obligado a luchar sólo contra un hegemón gastro-inmobiliario.

El comentario de Buxadé es una pincelada, una pequeña muestra de un debate económico y estético que tocará abordar, y viendo las reacciones, si escuece es porque está curando. El dios liberal ha muerto, y el modelo que queremos para el próximo siglo ya es cuestionable.

Nadie habla, de momento, de lanzar a las masas a echar gasolina al McAuto de tu ciudad. Tranquilo.