Nasciturus

La escena transcurre en blanco y negro. Es cruda porque la conversación gira entorno al dinero que le va a costar abortar y si dispone de él. Ni música melancólica ni hostias. La joven pasa a la sala, cierra una cortina y se acabó. A corte, un bebé jugando con unas figuritas mientras su madre lo observa sonriente. Esa es la forma que tiene Yasujirō Ozu de contarnos de qué va el asunto. No le añade más drama del que ya de por sí se gasta el tema. No se recrea en el sufrimiento porque la escena es tan diabólica…

Lezuzahttps://medium.com/@lezuza
Bebo hidromiel en los cráneos.

Últimos artículos

Gordo tetón asiático

Filicidio

La horda rusa

Artículo anteriorDaddy issues
Artículo siguienteCacería salvaje

Artículos similares

Leave a reply

Please enter your comment!
Please enter your name here